Después de varios estudios y grandes esfuerzos, los científicos han logrado cumplir un objetivo importante, obtener mayores recursos para la generación eléctrica del espectro solar que se emana hacia la tierra. El nuevo proceso, esta basado en un embudo para la energía solar, el cuál opera con materiales bajo tensión elástica.
Los creadores de esta idea innovadora, Ju Li y Xiaofeng Qian, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, con el apoyo de la Universidad de Pekín en China, indican que la denominación de 'embudo' es una metáfora: los electrones y los 'huecos', diferenciados en los átomos por la energía de los fotones, son conducidos al centro de la estructura por fuerzas electrónicas, no por gravedad como en un embudo corriente.
El material generado, compuesto de molibdeno, es una lámina estirada de material delgado, con su parte central presionado hacia abajo por una aguja microscópica.
La aguja microscópica, al presionar sobre su centro, ejerce una tensión elástica que incrementa hacia el centro de la lámina. Esta forma de tensión varía la estructura atómica del modo preciso para 'sintonizar' diferentes longitudes de onda de la luz con secciones diferentes de la lámina, abarcando de este modo una porción más amplia del espectro de la luz solar, con la consecuencia de un mejor aprovechamiento energético de la radiación emitida por el Sol.
La tensión estructural experimentada por un material al ser presionado o estirado varía, lo que lo clasifica de diferentes clases. Así por ejemplo, si estrechamos un muelle, al momento de expandirse es un ejemplo de tensión elástica, este tipo de tensión difiere de la tensión que se obtiene al arrugar una hoja de estaño hasta formar una bola con ella. El embudo de energía solar, tiene como principio controlar con exactitud la tensión elástica a fin de gobernar el potencial de los electrones en el material.
El estudio de la tensión elástica en los materiales se cristaliza como un innovador e interesante mundo para la investigación.
