A la hora de analizar la facilidad para aprender un nuevo idioma, los expertos se apoyan en diferentes teorías. En primer lugar, señalan que los niños aprenden más rápido que los adultos, cosa que es de sobra sabida ya que los niños tienen mayor capacidad de asimilación en edades tempranas para los nuevos fonemas, sonidos e incluso estructuras gramaticales, puesto que están forjando su cerebro para prepararlo para la adquisición de la lengua.
Por otra parte, se dice que hay cierta relación entre la predisposición de los padres hacia los idiomas y el resultado con los hijos; cierto desde luego que si en una casa se favorece el aprendizaje de idiomas, los niños verán éstos como algo natural, desarrollando más interés que en otros hogares donde las lenguas extranjeras son algo extraño.
Además de estas conclusiones, un reciente estudio ha indicado que los niñ@s que tocan algún instrumento musical tienen una mayor flexibilidad a la hora de enfrentarse a un nuevo idioma. La música juega un papel importante en el aprendizaje de idiomas puesto que posee una gramática particular, por ejemplo el uso de contracciones como 'ain't' en el caso del inglés son más frecuentes en las letras de las canciones que en otros ámbitos. Asimismo, los alumnos aprenden coloquialismos propios del lenguaje musical, y nuevo vocabulario. La pronunciación se ve también afectada, dado que los niños y niñas que están expuestos a la música aprenden a pronunciar por imitación de los sonidos al cantar dichas canciones.
Asimismo, aprender mientras disfrutamos de un hobby hace que nos enfrentemos al propio proceso de aprendizaje de una forma mucho más natural. Por ello, muchas escuelas de idiomas han añadido a su oferta académica cursos de idiomas más música, una nueva forma de aprender y disfrutar.