Tras la caída sobre los precios de la vivienda se han evidenciado gangas en las zonas costeras; se han reactivando la compraventa de viviendas. El mercado hipotecario ofrece ofertas cada vez más asequibles; llegando a la conclusión que adquirir una segunda residencia en la playa ya no es algo exclusivo para grandes inversores.
Con el paso del tiempo esta es una práctica que se acoge al 10% de las personas que compran un piso en la playa; ellos afirman que no lo hacen por capricho, sino como instrumento de ahorro de cara a la jubilación.
Definitivamente, la búsqueda de una vivienda a la cual se podrán trasladar en la etapa de jubilación, es una idea de muchos habitantes españoles, que quieren aprovechar la baja de los precios para adquirir sus propiedades. Sin embargo, en primera instancia su objetivo es adquirir las viviendas y alquilarlas hasta el momento de su residencia habitual, beneficiándose de una propiedad más económica, localizada en zonas cálidas de la costa mediterránea.