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Las diferentes organizaciones internacionales son una fuente de empleo poco conocida, sin embargo ofrecen múltiples oportunidades.

 

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A pasar de que España no participó en la creación de ninguno de los principales organismos internacionales que se constituyeron en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, tales como las NN.UU, el FMI, el GATT (hoy OMC), la OECE (actual OCDE), las Comunidades Europeas, etc., sino que se ha ido integrando en los mismos con posterioridad, en la última década, la presencia de España en estos organismos internacionales no ha parado de crecer.

Sin embargo, son pocos los ciudadanos de nuestro país que han optado por trabajar en ellos, probablemente por el desconocimiento de las múltiples oportunidades de empleo que ofrecen. España cuenta actualmente con unos 4.000 funcionarios en Organismos Internacionales (aproximadamente la mitad en las instituciones de la UE), pero a veces no se cubren los puestos disponibles -o potenciales- por falta de información y por el miedo de nuestros jóvenes a concurrir a las pruebas que se exigen.

La oferta de trabajo en estos y otros organismos es muy variada: precisan desde profesionales altamente especializados hasta personal para áreas genéricas, como administración, contabilidad o recursos humanos. A muchos de los puestos se accede a través de oposiciones, mientras que para otros se contrata personal de forma temporal, se ofrecen prácticas de trabajo o empleo voluntario.

Las prácticas, por su volumen y variedad, merecen una mención especial, ya que brindan a los jóvenes titulados la oportunidad de mejorar su currículum adquiriendo experiencia en una institución internacional.

En la  Comisión Europea, los trabajos en prácticas se realizan en campos como periodismo, economía, ciencias, derecho, administración general y traducción. Es el organismo de la UE que ofrece más puestos de trabajo en prácticas (Stage, Intership), ya que realiza dos convocatorias al año para jóvenes recién titulados. La Comisión preselecciona a los mejores candidatos y los incluye en el denominado ‘Libro Azul’, que envía a las direcciones generales para que éstas elijan a los titulados más idóneos. Los seleccionados obtienen un trabajo en prácticas, de cinco meses, remunerados con unos 600 euros mensuales.

El Programa de Formación en Prácticas de Jóvenes Expertos en Delegaciones de la Unión Europea, que funciona desde 1992, también permite a los titulados españoles adquirir experiencia laboral en el extranjero, concretamente en países de África, el Caribe, el Pacífico, América Latina, el Mediterráneo y Asia. La Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) realiza una preselección de las candidaturas -generalmente en el primer trimestre del año- y las envía a los servicios de la Unión Europea. La selección final la llevan a cabo conjuntamente la AECI y una unidad competente de la Comisión.

Para acceder al proceso es necesario, entre otros requisitos, poseer un título universitario superior, preferiblemente de las áreas de economía, ingeniería, arquitectura, ciencias políticas o ciencias de la administración; tener menos de 30 años; dominar el inglés o el francés, y poseer experiencia laboral en cooperación internacional. Los candidatos elegidos se incorporan a las prácticas con un contrato de formación de un año que puede prorrogarse hasta un máximo de dos.

Siguiendo la misma línea del programa de Jóvenes Expertos, España tiene suscritos acuerdos específicos con diversos organismos multilaterales que le permiten desarrollar el Programa de Jóvenes Profesionales en Prácticas (JPO). Esta iniciativa se dirige a jóvenes profesionales menores de 30 años con titulación universitaria superior que deseen iniciar una carrera laboral en el sistema de Naciones Unidas. El objetivo es formar a estos profesionales mientras realizan trabajos vinculados a la cooperación técnica en oficinas situadas en países en desarrollo. Derechos humanos y participación democrática, erradicación de la pobreza, HIV/SIDA, gestión del medio ambiente y recursos naturales son algunas de las áreas prioritarias de trabajo.

La preselección de los candidatos la lleva a cabo la AECI, a través de una convocatoria que generalmente se realiza durante el primer trimestre del año. Este mismo organismo y entidades como los servicios de reclutamiento del PNUD, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, realizan la selección definitiva.

Las propias Naciones Unidas también ofrecen prácticas de trabajo. Se dirigen a jóvenes recién titulados o que estén a punto de finalizar estudios superiores. Para acceder a ellas deben acreditar formación especializada en relaciones internacionales, economía, ciencias políticas, periodismo, derecho internacional, administración pública o carreras relacionadas con el estudio de la población. Las prácticas -no remuneradas- se realizan mayoritariamente en la Secretaría de Naciones Unidas en Nueva York, el Fondo de Naciones Unidas para el Desarrollo (FNUD), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional e Investigación (UNITAR) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Cómo puedes observar, a la hora de interesarte por un empleo en una Organización Internacional, necesariamente se debe, como en cualquier otro empleo, cubrir el perfil profesional y formativo específico que requiera esa vacante. Pero además, debemos tener en cuenta unos requisitos de motivación subjetivos (deseos de viajar, de descubrir otras culturas, de trabajar por la paz y la cooperación internacional, etc.), y otros, de índole objetiva, como son, por ejemplo, el interés por integrarse en una sociedad diferente, cambiando un entorno familiar conocido, por otro en el que las condiciones de vida son distintas, a veces no exentas de ciertos riesgos, y abiertas al cambio y la movilidad geográfica. Las propias organizaciones internacionales son en sí un ámbito de trabajo multicultural.

Una condición indispensable para poder optar a plazas en estos organismos es tener un buen conocimiento de idiomas. El inglés es imprescindible, y su conocimiento debe ser muy alto, tanto oral como escrito, pues es la lengua de trabajo en estos entornos multilinguisticos. Además el conocimiento de otros idiomas se considera una ventaja a la hora de acceder a un empleo. Dependiendo del área geográfica donde desarrolla su actividad el organismo y de la propia ubicación de las sedes es un requisito el conocimiento alto de alguno de estos idiomas: francés, ruso, árabe o español.

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También es indispensable un perfil personal y profesional respetuoso con las distintas creencias políticas y religiosas, así como con las diferentes culturas. Estar habituado a trabajar en grupo también suele ser una condición valorada positivamente. Es necesario conocer que en los organismos internacionales suele haber unos cupos por nacionalidad, aunque esta no es una condición “sine qua non”; pero puede resolver la adjudicación de una vacante.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ofrece desde su web información detallada sobre el empleo en organizaciones internacionales, con la posibilidad de buscar vacantes y recibir información sobre ellas, consultar noticias y acceder a links de interés.


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