El boom de lo ecológico hay que aprovecharlo desde el punto de vista empresarial. El Comisario europeo de Medio Ambiente, Janez Potočnik afirmó recientemente que 'las empresas ecoinnovadoras van a materializar la transformación de la economía europea', y por ello la Comisión Europea destinará 31,5 millones de euros para ayudarles a comercializar sus productos, hacer que estas PYMES superen sus problemas de liquidez y aporten beneficios a la economía, y se involucren en problemas que afectan a todos como la gestión de residuos o tratamiento de aguas.
Las empresas interesadas tienen hasta el 5 de septiembre para participar en la convocatoria, que abarca cinco sectores básicos: reciclado de materiales, agua, productos de construcción sostenibles, negocios ecológicos y sector alimentario.
Entre los ejemplos que podemos encontrar en la actualidad sobre productos ecológicos destacan por ejemplo, el proyecto TILEATHER, apoya la puesta en el mercado de nuevas técnicas de curtición más respetuosas con el medio ambiente, como la que se utiliza para la piel SANOTAN con la que se fabrican los zapatos Fluchos entre otros. Se trata de curtir el cuero a base de sales de titanio, en lugar de cromo (que es el proceso que se utiliza habitualmente). La tecnología es respetuosa con el medioambiente, mejora las aguas residuales, y es beneficiosa para la salud porque el titanio es hipoalergénico y no tiene sustancias cancerígenas. El mercado se puede ampliar a las correas de reloj, el sector del automóvil o el de la aviación. Otros proyectos españoles que cuentan con la cofinanciación de la Comisión Europea son las microhidroturbinas, para mejorar el riego en la agricultura, presentado por la empresa 'Agua, Biología y Turbinas' con un presupuesto que supera los 800 millones de euros, de los que la CE contribuye en un 50%. Ekonek que produce ecofertilizantes. Puede desarrollar y comercializar su producto con el programa de la Comisión Europea Ecoinnova.
¿QUIÉN PUEDE PARTICIPAR?
La puja por la financiación de la Comisión Europea está abierta a pequeñas y medianas empresas, también grandes empresas, (aunque se priorizarán las primeras) y a institutos de investigación y tecnológicos, aunque la iniciativa no es un programa de investigación.
Asimismo, para que el proyecto sea efectivo, hay que tener en cuenta el ciclo de vida del producto a comercializar, y centrarse en varios aspectos aparte de la ecología, sino también su usabilidad y otros elementos claves como la distribución del mismo.
