Desde la administración se reclama la creación de escuelas de formación profesional superior que no existen en España para un sector manual como la artesanía y que podría generar empleos.
En España muchos oficios con tradición han desaparecido y desde las administraciones no se tiene en cuenta este gremio.
El Círculo Fortuny, asociación sin ánimo de lucro nacida para unir en un foro común al sector español de las marcas culturales y creativas de prestigio y promover y defender su entidad propia, pone en conocimiento la carencia de los artesanos.
Si que existen escuelas de gestión privada que forman al empleado como puede ser la escuela de marroquinería de Loewe en Getafe (Madrid). Por ejemplo, el cuero que usa Loewe sólo puede ser de origen español, lo que tiene una repercusión tremenda para zonas como Ubrique, donde seguramente habría desaparecido la tradición artesanal, mientras que ahora tiene contratos de suministro garantizados a largo plazo.
Bodegas y aceite que necesitan a profesionales para ampliar a otros continentes.
Si nos detenemos no existen escuelas de formación profesional en las que la gente pueda a aprender a cortar un traje, engastar una joya, hacer una guitarra, etc.
Talleres como El lutier Fernando Conde, cuyas guitarras han pasado por las manos de artistas como Paco de Lucía o Leonard Cohen, ha asegurado que tiene que formar él mismo a sus trabajadores porque en España no existe ninguna escuela en la que puedan aprender el oficio, teniendo un 30% de exportación, y un 60% de compra de turistas, frente al 10% que se queda en España.
La pena es que hay mucho potencial que no se explota, ni se hace caso a la tradición, aprovechando las artes creativas y el sector del lujo ese hueco que no llena el artesano. La marca España ahora empieza a despuntar desde la propia España y debe presumir de sus marcas como hacen otros países europeos.
Es verdad que desde la sociedad se piensa que la formación artesanal está dedicada solo a los que no valen para otra cosa y se debe hacer presión para que se dedique aquel a quien le guste.
Los artesanos se lamentan que empleos generacionales desaparezcan y que existan personas que estarían dispuestas a aprender estos oficios y no saben realmente donde pueden acudir para hacerlo.
