Aunque las tendencias muestran que las mujeres cada vez más demandan programas de postgrado, lo cierto es que los programas de MBA suelen dirigirse mayoritariamente al público masculino. Según las encuestas realizadas a nivel ejecutivo, las mujeres aún no ocupan tantos puestos de alta dirección como los hombres. Quizá por la dificultad añadida de conciliar vida profesional y personal, o por vestigios del machismo, la realidad muestra que las altas esferas directivas están lideradas por hombres.
No obstante, la situación está cambiando poco a poco. Muchas mujeres están optando por asumir puestos con alta responsabilidad, ocupando así lo escalafones superiores en el ámbito empresarial. A pesar de que las escuelas de negocio españolas aún ven más hombres que mujeres en sus aulas, en países como Estados Unidos, donde la proyección laboral femenina van in crescendo, escuelas de negocios de prestigio como Wharton están abriendo cada vez más sus programas hacia el sector femenino.
Entre las razones que justifican este 'retraso' frente a los hombres en la asunción de cargos de relevancia dentro de la empresa y en el inicio de los estudios de postgrado cabe destacar la de la decisión entre vida personal y profesional, aunque también se dice que las mujeres tardan más en entrar en programas MBA porque obtienen peores resultados en los exámenes de acceso (GRE y GMAT), afirmación errónea ya que en muchos casos se demuestran que estos exámenes son igual de difíciles tanto para un sexo como para el otro.
Los expertos señalan que quizá las mujeres se incorporan más tarde a los estudios pero que cuando lo hacen, lo toman más en serio que los hombres y por lo general, se implican mucho más en la rutina académica.
Estereotipos aparte, las escuelas de negocio han modificado su rígida estructura de antaño más ligada a lo masculino para dejar paso a los nuevos perfiles directivos, donde no es de extrañar encontrarse con una mujer joven y sobradamente preparada para el éxito.
