Varias Universidades empiezan a publicar sus convocatorias para que las personas mayores de 25 años puedan acceder a sus titulaciones.
Empiezan las convocatorias para las pruebas de acceso a la Universidad para mayores de 25 años de este año, estas pruebas se realizan anualmente en las distintas universidades españolas según las líneas generales de metodología, desarrollo y contenidos que establece cada comunidad autónoma. Aquellos alumnos que interrumpieron sus estudios en alguna parte por determinadas causas, como el fracaso escolar, la necesidad de incorporarse al mercado laboral o simplemente por que en su momento optaron por otra vía formativa diferente a la que conduce a los estudios universitarios, también pueden acceder a la universidad directamente mediante la superación de una prueba específica: la prueba de acceso a la universidad para mayores de 25 años.
Se pueden presentar a estas pruebas de acceso a la Universidad las personas, de cualquier nacionalidad, que tengan 25 años o los cumplan antes del 1 de octubre y no posean Título de Bachiller o equivalente, de modo que, si en un momento determinado desean completar su formación con una titulación superior, pueden hacerlo superando únicamente esta prueba, sin tener que pasar previamente por otras etapas educativas.
Tal como establece el Real Decreto 743/2003, que regula la prueba de acceso a la universidad para mayores de 25 años, los únicos requisitos para presentarse son: haber cumplido 25 años antes del 1 de octubre del año natural en que se celebre la prueba y no estar en posesión del título de Bachiller o equivalente, excepto quienes hayan obtenido este título antes de la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE) de 1990. Los candidatos pueden presentarse a la prueba cuantas veces quieran, aunque nunca en un mismo curso académico en más de una universidad; asimismo, si una vez superada la prueba, los estudiantes quieren mejorar la calificación, podrán presentarse en sucesivas convocatorias, y se tomará en cuenta la nueva calificación siempre que sea superior a la anterior, excepto cuando la prueba se realice en una universidad diferente, ya que en este caso sólo se considerará la calificación obtenida en último lugar.
Hay que tener en cuenta, que a la hora de decidir el presentarse a esta prueba, es muy importante tener bien clara la titulación universitaria que se desea cursar. Por una parte, porque esta titulación determinará la elección de la universidad en la que se va a realizar la prueba, ya que, contrariamente a lo que sucede con la Selectividad, la superación de la prueba de mayores de 25 años únicamente da acceso a los estudios en la universidad en la que se ha realizado el examen y, por tanto, hay que verificar previamente que en la universidad elegida se imparte la titulación universitaria que haya decidido cursar el futuro estudiante. Esta norma es aplicable en todas las universidades españolas, a excepción de las de la Comunidad Valenciana, Andalucía y Cataluña, donde se permite el acceso a cualquiera de las universidades, tanto públicas como privadas, del territorio autonómico. Asimismo, la UNED también permite el acceso a sus titulaciones de aquellos estudiantes que hayan superado la prueba en otras universidades, siempre que éstas accedan a realizar el traslado de expediente.
Además de condicionar la elección de la universidad donde se realice la prueba, la titulación universitaria que se quiera cursar determinará la opción por la que se presente el alumno al examen (científico tecnológica, ciencias de la salud, humanidades, ciencias sociales o artes), puesto que a efectos de ingreso les corresponderán preferentemente aquellos estudios ofrecidos por la universidad que estén vinculados a cada una de estas opciones.
Las pruebas de acceso a la universidad para mayores de 25 años se realizan en una única convocatoria normalmente durante el primer cuatrimestre del año, excepto la UNED, que realiza dos convocatorias, una en mayo y otra en septiembre.
Una vez decidida la titulación a la que se desea acceder y la universidad donde se quiere cursar, lo mejor es dirigirse al servicio de admisión del centro universitario para informarse de los plazos de inscripción, así como de las fechas de realización de la prueba; asimismo, es importante pedir toda la información referente al examen, como criterios de valoración, contenidos de los ejercicios, etc. A la hora de realizar la inscripción, el alumno debe detallar en la solicitud tanto la opción, como las materias optativas y el idioma con los que se concurrirán a la prueba.
Si se ha aprobado el examen, el estudiante debe solicitar plaza para la titulación elegida en la universidad donde haya realizado las pruebas, o en aquellas que su comunidad autónoma le permita. Conviene saber, que en aquellas titulaciones universitarias que tienen un límite máximo de admisión por exceso de demanda, se reserva un cupo de un mínimo del 1% y un máximo del 3% para los estudiantes que acceden a través de las pruebas para mayores de 25 años y que, en estos casos, deben solicitar la plaza mediante el proceso de preinscripción universitaria que establece cada centro.
La prueba de acceso a la universidad para mayores de 25 años está orientada a valorar la madurez e idoneidad de los estudiantes para cursar con éxito los estudios universitarios, evaluando tanto las destrezas académicas básicas, tales como la comprensión de conceptos, el uso del lenguaje o la capacidad de análisis y síntesis, como la habilidad en aquellas materias que se refieren concretamente a las titulaciones que desean cursar. El contenido de los ejercicios que componen la prueba es diferente en cada universidad, aunque en todos los casos se estructuran en dos partes definidas:
Parte común: esta parte consta de tres ejercicios, un comentario de texto, un ejercicio de lengua castellana y otro de lengua extranjera. Asimismo, en aquellas comunidades con otra lengua cooficial se puede establecer un ejercicio adicional referido a esta lengua.
Parte específica: esta parte de la prueba se corresponde con cada una de las cinco opciones vinculadas a las titulaciones que hayan elegido los estudiantes. Consta de tres ejercicios, dos de las materias obligatorias de cada opción y uno elegido libremente entre las materias optativas. Así, los que opten por la vía científico-tecnológica se examinarán obligatoriamente de matemáticas y física; los de ciencias de la salud, de biología y química; los de humanidades, de literatura e historia de España; los de ciencias sociales, de matemáticas aplicadas a las ciencias sociales e historia de España, y los de artes, de dibujo artístico e historia del arte.
En cuanto a la evaluación, cada uno de los ejercicios se puntúa con una calificación de 0 a 10 puntos. Posteriormente, se calcula la media aritmética de las calificaciones obtenidas en los ejercicios que componen la parte común y la media aritmética de los ejercicios de la parte específica. En este caso, hay que tener en cuenta que si la media obtenida en esta parte es inferior a 4 puntos, el estudiante será declarado directamente no apto; finalmente la calificación final será el promedio de la calificación obtenida en ambas pruebas, declarándose apto aquel estudiante que obtenga un mínimo de 5 puntos.
La prueba a pesar de reunir más gente año a año, generalmente tiene un bajo índice de aprobados. La falta de hábito de estudio o las incompatibilidades con las obligaciones laborales o familiares son algunas de las causas del bajo índice de aprobados, apenas el 45 %, por eso, algunas universidades, paralelamente a la convocatoria de las pruebas de acceso a la universidad para mayores de 25 años, organizan cada año cursos específicos preparatorios que ayudan a los estudiantes a retomar los estudios con éxito y los preparan específicamente para los contenidos que se abordarán en las pruebas que se realicen en ese mismo centro universitario, generalmente los horarios suelen ser por las tardes y fines de semana. Existen también, diversas instituciones privadas que preparan a los estudiantes para esta prueba de acceso a la Universidad para mayores de 25 años, que ofrecen flexibilidad de horario y una preparación específica, más acorde con las necesidades de cada estudiante.
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