El Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar se proclamó el 30 de marzo de 1988 durante el primer gran Congreso de Trabajadoras del Hogar celebrado en Bogotá, Colombia. En este congreso, se abordaron varios temas de gran relevancia, entre ellos, la discriminación que enfrentan las personas que se dedican a este tipo de trabajo, la falta de leyes que las protejan, la necesidad de establecer un salario digno por su labor y el derecho a contar con protección social por parte de los estados. Estos asuntos generaron un amplio debate y fueron considerados de gran importancia en la lucha por los derechos de las trabajadoras del hogar.
Los argumentos mencionados llevaron a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a mostrar interés en la situación de las trabajadoras del hogar. En 2011, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), una agencia especializada de la ONU, proclamó un tratado histórico conocido como el Convenio sobre el Trabajo Decente para los Trabajadores/as Domésticos. Este convenio representó un hito importante, ya que fue el primer documento normativo que regulaba específicamente la actividad económica de las trabajadoras del hogar. Su objetivo era garantizar condiciones laborales justas y dignas para estas trabajadoras, reconociendo sus derechos y protegiéndolas contra la discriminación y la explotación. El convenio marcó un avance significativo en la promoción y protección de los derechos de las trabajadoras del hogar a nivel internacional.
Es cierto que el trabajo doméstico ha existido a lo largo de la historia de la civilización humana y generalmente ha sido realizado por personas que se encuentran en situaciones económicas o raciales desfavorecidas. Este tipo de trabajo abarca una amplia gama de actividades, entre las cuales se incluyen:
Limpieza y organización del hogar: Tareas como barrer, trapear, aspirar, limpiar superficies, entre otras.
Trabajos manuales de gran demanda: En algunos contextos, el trabajo doméstico puede extenderse a actividades agrícolas, como la recolección de cosechas, la cría de animales o el mantenimiento de maquinaria.
Cuidado de los niños: El trabajo doméstico también puede involucrar el cuidado de niños, incluyendo tareas como la alimentación, el baño, el juego y la supervisión.
Cuidado de los ancianos: El cuidado de personas mayores, que puede incluir ayudar con la movilidad, administrar medicamentos, brindar compañía y asistencia en las tareas diarias.
Elaboración de alimentos: Preparación de comidas y bebidas, incluyendo la compra de alimentos, la cocina y la limpieza posterior.
Planchado y arreglos de prendas de vestir: Tareas de planchado, costura y reparación de ropa.
Conducción de vehículos: Algunas trabajadoras domésticas pueden desempeñar funciones de conducción, como llevar a los miembros de la familia a sus destinos o realizar tareas de recados.
Cuidado y poda de espacios vegetales: Mantenimiento de jardines, poda de plantas, riego y cuidado general de espacios verdes.
Mantenimiento del hogar: Realización de tareas relacionadas con la plomería, electricidad, pintura y otros trabajos de mantenimiento del hogar.
Si tienes empleados domésticos en tu hogar, puedes expresarles algún tipo de aprecio o reconocimiento. También podrías informarte sobre las políticas implementadas en tu área relacionadas con este asunto o incluso abogar por un cambio positivo en esta profesión. Cualquier sugerencia es bienvenida y te animamos a compartirlas en las redes sociales utilizando el hashtag #DíaInternacionaldelasTrabajadorasdelHogar.
Sea como sea si eres empleada de hogar, hoy es tu dia ¡¡Felicidades!!
