Una vez debatido si favorece o no recortar la duración de las carreras, se delibera también sobre la necesidad de estudiar un postgrado o máster.
La postura del Gobierno sigue siendo que con esta reforma los estudiantes ahorrarán el dinero de un año al reducir un curso, pero tras estudiar el tema, expertos consideran que los grados generalistas (según la denominación del nuevo plan) fomentarán que los estudiantes finalmente estudien dos años más para alcanzar la especialización completa. Está claro que no es obligatoria, pero en los tiempos que corren digamos que es conveniente para alcanzar al mercado laboral.
Con los datos actuales que nos proporciona Adecco Professional, las ofertas cuyo puesto se solicita con requisito de postgrado es de un 13% y un 8.5% en puestos técnicos. En el caso de mandos intermedios baja a un 5.8% y empleados a un 3.3%. En el mundo empresarial, el volumen supone el 33% del total de programas de postgrado. Le siguen las áreas de ciencias sociales y las ingenierías, con el 18 y el 14% respectivamente.
En cualquier portal de búsqueda de empleo cada vez existen mayores solicitudes en empleados muy cualificados para dotar a las empresas del mejor talento. El sector jurídico, consultoría, sanidad y banca son los más solicitados con este requisito.
La tendencia será que aumente de forma que las empresas exigirán cada vez más esos dos años de postgrado para estar al nivel de las carreras de planes universitarios anteriores.
Dentro de los másteres, existen los que habilitan el ejercicio de una profesión regulada y son obligatorios: Abogado o Procurador de los Tribunales, Arquitecto, Ingeniero, Psicólogo o Profesor de ESO, Bachillerato, Formación Profesional, de Idiomas, o Enseñanzas Artísticas y Deportivas. También se ha de cursar un máster si se quiere optar a realizar un Doctorado. El resto de másteres no serán obligatorios.
Generalmente un número mínimo de estudiantes se incorpora al postgrado al acabar la carrera mientras que el resto lo realizan varios años después.
Los datos muestran que aquellos que se gradúan en estudios de postgrado (máster universitario y/o doctorado) alcanzan mejores resultados de empleo que los que son solo titulados en grado (o estudios de antiguo ciclo.
La mayoría de los estudiantes comentan que a día de hoy no podría afrontar la inversión económica que supone un curso de postgrado, aunque si les gustaría cursarlo.
