Si tomamos como ejemplo a Islandia, este país posee uno de los sistemas educativos más solventes del mundo, haciendo que el estado destine la mayor parte de sus fondos en formación, generando un pensamiento positivo impartido a la población, en el cual cada euro invertido la sociedad lo devuelve más que triplicado su valor, conociendo que el conocimiento multiplica la riqueza y que una población formada es más productiva.
Un informe del Consejo Empresarial para la Competitividad cree que para que España crezca y genere empleo necesita un modelo productivo más basado en la exportación y menos dependiente de la demanda interna. Para ello «es vital una mano de obra cualificada que un alto porcentaje de trabajadores no tiene».
El nivel de educación en España es incipiente, siendo que menos del 40% de la población adulta tiene estudios secundarios superiores, frente al 44% de media en los países que integran la OCDE. Lo cual genera que un 50% de las personas prefieran ir en busca de empleo especialmente en el sector de la construcción, lo que confirma que «en su época dorada, España creció gracias al ladrillo, pero la base de esa pirámide no estaba formada por materia gris sino por trabajadores con formación precaria, era frágil. Esto demuestra que sin educación no hay crecimiento duradero», sostiene Michavila.
Según el informe del Consejo para la Competitividad que preside César Alierta, llevar el resultado de los test PISA (los que evalúan el conocimiento de los estudiantes) al nivel de Finlandia incrementaría el valor del PIB y aumentaría las opciones laborales, llegando a generar hasta 200.000 empleos a medio plazo.
Para conseguir que los jóvenes salgan mejor formados de las aulas los empresarios apuestan por una redistribución «rápida y eficiente» de los recursos. Invertir con criterio. «Cómo se gasta el dinero es más importante que el total de recursos», señala el informe. «Estos medios tienen que estar vinculados a objetivos. Definir bien qué es lo que se quiere mejorar y cuánto cuesta lograrlo», explica el catedrático de la UPM.
Para exprimir al máximo cada euro desembolsado el Consejo recomienda medidas como incentivar económicamente a los profesores por objetivos y concentrar los recursos en educación infantil y primaria, para que los jóvenes crezcan con una base sólida, sin lagunas.
Es necesario el tomar en cuenta que nuestro país se dejó un 4,93% del PIB en las aulas, mientras que la media de la OCDE fue del 5,2%. Como dice Michavila, «recortar en gasto educativo supone hacerlo en crecimiento e inversión».
Para lidiar con dichos problemas es de suma importancia el estar informados al igual que conocer y hacer uso de las tecnologías de información, con el fin de mejorar la competencia entre escuelas para que se ganen a pulso los recursos que les brindan las administraciones.
Otro punto importante es el que piensa impartir el Consejo para la Competitividad, el cual pretende duplicar el gasto en políticas activas para que los recién graduados tengan la posibilidad de acceder al mercado laboral, con el fin de generar un mayor interés sobre el estudio
