Es incuestionable que pasamos muchas horas en nuestro lugar de trabajo, tenemos una gran presión: objetivos, clientes, proyectos, jefes, compañeros y un largo etcétera, y que según sea el ambiente laboral que vivamos nos influirá positiva o negativamente en el resto de nuestras relaciones, el estrés generado en nuestra frenética vida actual puede incluso terminar con nuestra salud física y mental.
Cuando llevas varios días trabajando más de la cuenta es fácil entrar en una dinámica de desgaste que a la postre nos hace menos productivos y creativos. Y cuando el estres se apodera de nosotros, entonces no queda más remedio que tomarse un descanso necesario y casi involuntario que nos hace perder horas de la jornada o días enteros de productividad. Pero es que, incluso sin necesidad de excederse en el trabajo, desconectar por completo de nuestra actividad es algo imprescindible.
Para evitar quemarnos en nuestro trabajo se han propuesto recetas elementales como evitar las rutinas, intentando aplicar ilusión por lo que hacemos diariamente. Es fundamental establecer límites, saber desconectar y evitar sobrecargas de trabajo. En definitiva, trabajar mejor en lugar de trabajar más.
Realizar tareas totalmente diferentes en nuestro ocio. Está comprobado que cuando trabajamos, por ejemplo, en Internet al final no queda espacio para el ocio en la Red. Pero es que tampoco es recomendable que después de trabajar de cara a una pantalla, continuemos nuestro ocio delante del ordenador, jugando a juegos por ejemplo.
Para desconectar, cada persona tiene su método, algunos serán capaces de hacerlo de forma automática y otros necesitarán realizar alguna actividad que mantenga la mente ocupada en otras cosas, como por ejemplo una sesión de deporte intensa, spinning, correr, bailar. Para nuestro ocio es importante elegir actividades que realmente nos gusten, de las que podamos disfrutar plenamente. En general, tratar de aprovechar al máximo esos momentos de relax y focalizarnos por completo en ellos.
Si nos cuesta dejar de pensar en el trabajo, es interesante también compartir con otras personas tu tiempo libre. Disfrutar al máximo de la familia o los amigos y dedicarles nuestra atención y focalizarnos en sus inquietudes o problemas es algo que también nos ayudará a desconectar. Si no tienes la suerte de contar con un nutrido grupo de amigos o familia, apúntate a una actividad donde compartas con otras personas inquietudes distintas que las laborales.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el ocio tiene que servir como una ruptura momentánea, pero no como una evasión constante. Cuando vuelvas a la realidad, con la mente mucho más despejada, relajada y motivada, serás capaz de enfrentarte nuevamente a los retos que enfrentas en tu trabajo.