Las Becas Erasmus en nuestro país seguramente necesiten ser repensadas, con probabilidad hay que reformarlas como tantas otras cosas que no funcionan bien en España. Pero la solución no pasa por eliminar de golpe y porrazo, con efecto retroactivo, el dinero que esperaban recibir los becados para este curso académico.
Una solución sería pensar en dar ayudas en función de la renta, del coste de la vida del país al que se va o intentar terminar con las desigualdades en las becas en función de la comunidad autónoma de la que provengas . Pero no se puede terminar con uno de los mejores instrumentos con los que España cuenta para acabar con el desempleo juvenil y para la formación en nuestro país.
Hay que ser conscientes del trabajo que desde el Gobierno y desde la Comunidad Europea se hace para que cada vez más jóvenes puedan recibir la ayuda, pero desde Nuevas Generaciones del PP no comparten la decisión tomada por el Ministerio de Educación sobre la aportación complementaria del Estado en el programa Erasmus, ya que se ha realizado una vez empezado el curso, lo cual deja en una situación de inseguridad a cientos de universitarios españoles que han decidido cursar una beca Erasmus este año.
Salir a estudiar a otros países nos permite ver cómo funcionan las cosas en otros sitios, ver cómo trabajan en otras culturas. Muchos pueden pensar que los becados solo salen de fiesta y de viajes cuando deciden optar a una beca para Europae, pero la realidad es que el inglés mejora tres veces más de lo que hubiese progresado en un año de su estudio en España, además de aprender a trabajar y convivir con alemanes, belgas, checos, italianos, etcétera y, hoy por hoy, esto está abriendo puertas a iniciar entrevistas de trabajo y procesos de selección que serán determinantes en el empleo español.