La promoción de la igualdad de género y el estímulo al liderazgo femenino están ganando terreno en la agenda de muchas empresas, no solo por motivos éticos y de equidad, sino también por su impacto positivo en la rentabilidad. Investigaciones han evidenciado que las compañías con una representación femenina en cargos directivos tienden a generar mayores ganancias y a retener mejor el talento. A pesar de la amplia discusión pública sobre la brecha de género, las cifras de participación de las mujeres en el ámbito empresarial, especialmente en roles de alta jerarquía, muestran una mejora limitada. Las estadísticas son claras al respecto. Según el informe Global Center Gap Report del FMI publicado hace dos años, solo el 36,9% de las mujeres empleadas ocupan puestos gerenciales o directivos, lo que significa que el 63,1% de los roles de mayor influencia están ocupados por hombres.
Se refiere a la participación activa de las mujeres en roles de autoridad y en la toma de decisiones dentro de las estructuras organizativas. Este término, desarrollado por Marilyn Loden, Sally Helgesen y Helen Fisher a lo largo de cuatro décadas, ha renovado el diálogo en torno a la disparidad de género en tiempos recientes.
En 1978, Marilyn Loden planteó que las barreras para el avance profesional de las mujeres eran principalmente de naturaleza cultural, no personal o psicológica, y fue la primera en introducir el concepto de "techo de cristal". Loden señaló la tendencia de muchas mujeres a adoptar un estilo de liderazgo masculino para adaptarse al sistema predominante, y abogó por un enfoque de liderazgo diferente que reflejara las cualidades positivas tradicionalmente asociadas con las mujeres.
Características del liderazgo femeninoLa capacidad de escuchar, la empatía, la habilidad comunicativa y el trabajo colaborativo en equipo.
Diferencias entre el liderazgo femenino y masculinoAhora que hemos definido el liderazgo femenino, examinemos con más detalle las características distintivas que lo delinean. Por lo general, el enfoque de liderazgo adoptado por las mujeres tiende a ser más orientado hacia las personas y hacia la creación de conexiones colaborativas entre los miembros del equipo. Entre las fortalezas del liderazgo femenino, sobresalen la capacidad para trabajar en equipo y la habilidad para fomentar la cohesión grupal. Además, las mujeres suelen mostrar una mayor preocupación por la diversidad y la equidad dentro de las estructuras organizativas, lo que contribuye a un entorno laboral más saludable, agradable y comprometido con los objetivos comunes.
En la última entrega del Esade Gender Monitor de este año, el 71% de las participantes percibe que las mujeres CEO están más activamente comprometidas con la igualdad, la inclusión y la diversidad, lo cual contribuye positivamente a la cohesión del equipo. Por otro lado, se destacan habilidades masculinas como la comunicación asertiva, la capacidad estratégica y el espíritu competitivo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que ninguna de estas habilidades es innata y todas pueden ser adquiridas mediante una formación adecuada. En este contexto, instituciones educativas como Esade ofrecen cursos de liderazgo femenino con el objetivo de desarrollar las habilidades directivas de las mujeres y llevarlas a un nivel de excelencia.
Las aptitudes para la gestión no son inherentes, sino adquiribles mediante el aprendizaje.
De acuerdo con el informe "The Business Case for Change" de la Organización Mundial del Trabajo, las empresas que promueven la igualdad de género en sus roles directivos experimentan ventajas competitivas significativas en comparación con sus competidores:
¿Cuáles son las medidas y transformaciones necesarias para garantizar una representación equitativa del otro 50% de la población en los altos niveles de dirección corporativa? ¿Cómo pueden las empresas acelerar la implementación de políticas de igualdad?
De acuerdo con una encuesta realizada por Women Initiative de Esade, estas son las iniciativas más valoradas por las mujeres en cargos directivos para promover la igualdad de oportunidades:
Sin embargo, es evidente que para lograrlo, las empresas deben considerar la promoción de la igualdad de género como una prioridad estratégica incuestionable. "Deben creer en ello", como señala Eugenia Bieto, directora de Esade Women Initiative y promotora del Esade Gender Monitor. Se ha observado que cuando una mujer lidera estos cambios, los progresos hacia la igualdad se aceleran de manera significativa.
