Trabajar para vivir y disfrutar con nuestro trabajo, parecen ser las máximas de moda, especialmente cuando nos encontramos ante el dilema de decidir a qué queremos dedicarnos o bien nos planteamos la posibilidad de dar un giro a nuestra trayectoria profesional. aunque lo cierto es que el nivel de ingresos que nos proporciona nuestra tarea habitual determina generalmente el rumbo de nuestra profesión.
Existe una élite de profesiones privilegiadas que reciben remuneraciones altas, como la de piloto (15.500€/mes), y por supuesto la de controlador aéreo. En toda la red española hay 2.300 profesionales desarrollando esta actividad, de los cuales 28 cobran más de 700.000 euros al año; 135 ganan más de 600.000 euros; 713 tienen unos salarios que oscilan entre los 360.000 y los 540.000 euros; y una minoría gana más de 900.000 euros.
Otra de las profesiones mejor remuneradas es la de notario, su sueldo parte de unos 300.000 euros brutos anuales, una cantidad que varía en función de su destino geográfico y de su volumen de trabajo. Se trata de una de las oposiciones más exigentes de la Administración Pública, cuyo requisito de entrada es contar con la licenciatura de Derecho. 'El aspirante a notario invierte, al menos, ocho horas en preparar su oposición, seis días a la semana, sin vacaciones ni apenas tiempo de ocio, durante un período de entre seis y nueve años', dice Ángela de las Heras, jefa de estudios de CEF, para quien esta compensación salarial está más que justificada.
Sucede lo mismo con otros cuerpos superiores del Estado, como el registrador de la propiedad –su sueldo anual parte de un promedio de 100.000 euros–, el inspector de Hacienda o el abogado del Estado, cuyos salarios de entrada están en torno a los 70.000 euros al año. Aunque la empresa privada seduce constantemente a estos profesionales, debido a que en llega llegan a percibir mayores ingresos.
Por otro lado, aunque no pueden considerarse como un colectivo profesional propiamente dicho, conviene recordar que los conferenciantes de primer nivel también disfrutan de tarifas elevadas. David Sánchez, director de márketing de HSM –firma encargada de la organización de congresos como Expomanagement–, explica que este grupo exclusivo de oradores está formado por académicos, directivos, políticos y empresarios de éxito que pueden embolsarse hasta 300.000 dólares por una sesión de 90 minutos, como sucede en el caso de ex altos cargos de la talla de Bill Clinton o Tony Blair. Los ex presidentes del Gobierno de España, Felipe González y José María Aznar, perciben entre 80.000 y 100.000 dólares por conferencia; Ferran Adriá y George Lucas, entre 60.000 y 100.000 dólares; y el magnate Richard Branson, 200.000 dólares.
Por sectores, las grandes estrellas en términos retributivos son el financiero y el de servicios profesionales. Por ejemplo, según datos de Hay Group, el gestor de fondos percibe un salario fijo de 114.000 euros anuales, más una compensación variable de hasta el 50%. Una cifra que puede resultar irrisoria si se compara con las cantidades que gana el managing director de banca de inversión, profesional con un sueldo fijo que ronda los 400.000 euros y un variable que multiplica por diez este importe, de acuerdo con algunas firmas de cazatalentos consultadas para elaborar este artículo. En total, su retribución anual es, aproximadamente, de 5 millones de euros.
Respecto a los servicios profesionales, estas mismas fuentes aseguran que los consultores estratégicos pueden llegar a percibir entre uno y nueve millones de euros anuales, aunque 'estos salarios no constituyen la generalidad, sino que responden a casos concretos'. Tan concretos como el de Cristiano Ronaldo, el futbolista mejor pagado de esta temporada. Según un ránking presentado esta semana por la web Futebolfinance, el Real Madrid le paga 1.083.000 euros al mes (es decir, en torno a 13 millones al año).
En general, existe la tendencia en el mundo empresarial a buscar profesionales con una serie de características personales que, a menudo, no están sujetas a ningún tipo de formación especial, tales como la competencia, las ganas de aprender y de crecer dentro de la empresa, las habilidades para trabajar en equipo y conseguir los objetivos marcados.
En cualquier caso, quizá es necesario recordar el tópico según el cual el dinero no lo es todo en la vida. La satisfacción personal por el trabajo bien hecho, la vocación aplicada a nuesto quehacer diario o el reto de superarnos a nosotros mismos día a día pueden ser motivos igualmente valiosos para sentirnos orgullosos de nuestro trabajo. O, cuando menos, pueden servir de consuelo a aquellas personas cuyos ingresos no se encuentran en las posiciones más altas del ranking, es decir, para la mayoría.
Fuente: Careerbuider.es
