¿Qué estudios se necesitan para ser Tasador Inmobiliario?

Funciones:

Un tasador inmobiliario, también conocido como valuador o perito valuador de bienes raíces, es un profesional encargado de determinar el valor de propiedades inmobiliarias. Su trabajo es esencial para diversos fines, como la compra o venta de propiedades, la obtención de préstamos hipotecarios, la planificación fiscal, la inversión inmobiliaria y la resolución de disputas legales.

Responsabilidades de un tasador inmobiliario:    

• Inspección de propiedades: El tasador realiza una inspección detallada de la propiedad, examinando su tamaño, estado de conservación, ubicación, características especiales y otros factores que pueden afectar su valor.    
• Análisis de datos: Recopila y analiza datos relevantes, como ventas comparables de propiedades similares en la misma área, tasas de mercado, tendencias económicas y regulaciones locales.    
• Evaluación de valor: Utiliza métodos de valoración, como el enfoque de ventas comparables, el enfoque de costo y el enfoque de ingresos, para determinar el valor de la propiedad.    
• Informe de valoración: Prepara un informe detallado que incluye su evaluación de valor, fundamentada en datos y metodologías apropiadas. Este informe es utilizado por clientes, instituciones financieras y otros para tomar decisiones informadas.

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Requisitos y Estudios Necesarios:

Para estimar el valor de bienes inmuebles, el tasador inmobiliario necesitará desarrollar competencias en la elaboración de planes de urbanismo, el estudio de edificios y de todo tipo de terrenos.

¿Qué estudios se necesitan entonces para ser tasador de inmuebles? Este trabajo requiere de una formación específica en arquitectura técnica, edificación o ingeniería, pero allá de ello, también es fundamental contar con estudios complementarios de postgrado o máster.

Más allá de obtener conocimientos sobre cómo funciona una inmobiliaria y qué protocolos seguir para aplicar tasaciones en propiedades, hay ciertas habilidades requeridas para ser un buen tasador inmobiliario:

• Dotes de comunicación.
• Habilidades de organización, gestión documental e investigación.
• Capacidad para desarrollar cálculos y operaciones matemáticas.
• Capacidad analítica y resolución de problemas.

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Datos y Estadísticas:

En 2022, experimentamos un notable y generalizado aumento en los precios de las viviendas en términos nominales. Según los datos de la estadística IMIE de Tinsa, este incremento alcanzó un 7,4%. Es importante destacar que, a pesar del contexto actual de inflación, este aumento se mantuvo por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que llegó al 8,4%. Este aumento se enmarca en una fase alcista del mercado inmobiliario que comenzó en 2014. A pesar de ello, el valor promedio de las viviendas todavía se encuentra un 20% por debajo de los niveles alcanzados durante la burbuja inmobiliaria de 2007. Sin embargo, debido a las actuales circunstancias de pérdida de poder adquisitivo de los hogares a causa de la inflación, el aumento de las tasas de interés y la desaceleración económica, se anticipa que los precios residenciales tiendan a estabilizarse a medida que disminuye la demanda de compra.

Según el Banco de España, el esfuerzo financiero promedio a nivel nacional fue del 36%. Las áreas metropolitanas más tensionadas son las principales capitales, donde se concentra la actividad laboral, y las regiones con atractivo turístico. En estas zonas, se observan ratios de esfuerzo que superan el 50% en algunos casos. Esto ocurre en varias áreas de Madrid y Barcelona, que son centros de empleo en los que se requiere destinar una parte significativa de la renta disponible media tanto para alquiler como para compra. Además, en lugares como Málaga, que experimenta un crecimiento turístico y oportunidades profesionales, y en Baleares, donde la limitación de espacio debido a su condición de isla y la presión ejercida por las viviendas vacacionales han generado un problema grave de accesibilidad a la vivienda.

A pesar de que la inflación se encuentra en niveles elevados, muestra signos de desaceleración, influenciada por los efectos de base y la moderación en los precios del gas, en un contexto aún lleno de incertidumbre. Si esta tendencia persiste, es probable que los hogares recuperen gradualmente su capacidad de compra en los próximos años. Según las proyecciones del consenso económico, se espera que la inflación se sitúe en un 4,2% en 2023 y en un 2,8% en 2024.

En lo que respecta a las transacciones de compra y venta de viviendas, en 2022 se alcanzó un total de más de 700,000 operaciones, la cifra más alta desde 2008. Esto se debió al impulso generado por el ahorro acumulado por las familias durante la época de la pandemia de COVID-19 y a una nueva valoración del espacio residencial, que se hizo más evidente en la segunda mitad de 2021. De este total, aproximadamente el 49% de las compras (alrededor de 356,000) se financiaron mediante hipotecas.

Sin embargo, en los primeros meses de 2023, se ha registrado una disminución del 10% en las compraventas, en comparación con el mismo período del año anterior, según los datos proporcionados por los Notarios. Además, las hipotecas han experimentado una caída del 20%. Este declive se atribuye al impacto de la inflación, el aumento en los costos de financiación y la incertidumbre económica, factores que han llevado a una contracción en la demanda. La actividad en el mercado inmobiliario residencial comenzó a desacelerarse a partir del segundo semestre de 2022. Como resultado, se anticipa que las transacciones tiendan a acercarse a la media histórica de 500,000 operaciones anuales, sin que esto implique en ningún caso un colapso en la actividad.